jueves, 14 de julio de 2016

Soledad, expresión melancólica de paz.

Soledad, noche, silencio, reflexión, paz. Preciado refugio, te encuentro expresado en cualquier alma taciturna, aires de nostalgia, mi forma favorita de felicidad. La calidez de la tristeza, la calma del dolor que reflejo Johnny Cash en Hurt, letras crudas de Charles Bukowski, el pesimismo realista de Sabato, la eterna actuación de Emmanuelle Riva en Amour (2012), me reconozco entre corazones rotos, almas desesperadas, renegados, humanos libres de oficio, miradas cómplices. El arte del dolor, seductor, caracterizado por una honestidad atípica en tiempos donde reina la superficialidad de lo aparente. Anhelo ser exitoso, en rechazar el éxito! Transcender, por entender el sentir, transmitir, pero sobre todo, recibir. Sin permitir, que el cliché secuestre el escenario ideal: Una tarde lluviosa, el disfrute del algún poema de Neruda, café y cigarros, virtudes y placeres. Soledad, expresión melancólica de paz,

¿Qué sentido tiene?

Comienzo, sin tener claro por donde empezar. La rutina, encarcela, lastima, desgasta. La ironía esta implícita, las actividades "cotidianas" que le otorgan a la sociedad un falso sentido de estabilidad, a su vez, drenan las valiosas emociones que convierten la vida es un espectáculo disfrutable. Dinero, maldito dinero, vació motor que mueve de forma ridícula los hilos, motiva decisiones que contradicen el sentido real de estar vivo. ¿De qué se trata? Mientras divago entre estas lineas libres, la pregunta se repite una y otra vez en mi mente... ¿Que sentido tiene? Parámetros establecidos, ¿Por qué seguirlos? Abrazo la hipocresía, a causa de mis contradictorios intentos de "Formar parte". Anhelo rebeldía, profundidad, revolución. Sin embargo, invierto mi tiempo rellenado cajas, recorriendo pasillos, ¿Objetivos? Quizá, recrear algún tipo de sensación similar al sacrificio, una vez mas, ingenuo complejo de mártir. Y, ¿Qué sentido tiene? Ninguno.